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OPERACIONES RELACIONADAS CON EL ACTIVO FIJO TANGIBLE

Desde el momento en que un bien del activo fijo tangible se incorpora a una empresa hasta su cancelación en los registros contables por venta o retiro del mismo al expirar su vida útil, pueden ocurrir una diversidad de operaciones relacionadas, por  una parte, con su valor monetario y, por otra, con cambios físicos introducidos a lo largo de la vida relativamente extensa. Esta característica ha dado lugar al desarrollo de un rico contenido teórico contable en torno al tratamiento que debe dársele a cada una de dichas operaciones.

El primer problema se puede plantear en el momento de la adquisición del bien, respecto del tratamiento contable de cada una de las diferentes erogaciones inherentes a una compra.

Normalmente, el bien adquirido está sujeto a un ajuste periódico durante su vida útil para reflejar, por una parte, la depreciación, y, por otra, la actualización o corrección monetaria.

El mantenimiento del bien, a su vez, puede dar lugar a diversas operaciones que, en algunos casos deben cargarse a los gastos de explotación y, en otros, deben tratarse como incremento de su valor en libros.

Por otra parte, es posible que durante su vida útil el bien sufra ciertas modificaciones, las que deberán reflejarse en las cuentas que se utilizan para su control. Es el caso de las mejoras que pueden introducirse, o bien, de las ampliaciones que puede experimentar una determinada unidad del activo fijo tangible.

CLASIFICACIÓN DEL ACTIVO FIJO TANGIBLE

En general, se distinguen las siguientes clases de activo fijo tangible:

  1. Terrenos
  2. Construcciones
  3. Maquinarias
  4. Instalaciones
  5. Equipo de transporte
  6. Muebles y útiles
  7. Herramientas
  8. Patrones, matrices, moldes
  9. Envases

Sin perjuicio de la lista que antecede, algunas actividades económicas pueden requerir de otros bienes del  activo fijo tangible, como ocurre, por ejemplo, en las explotaciones agropecuarias, en que se pueden encontrar rubros tales como "Animales de trabajo", "Animales reproductores", "Plantaciones", etc.

La Circular Nº1501 de 4 de octubre de 2000 de la Superintendencia de Valores y Seguros, ha establecido la siguiente clasificación del activo fijo (tangible) para el balance de las sociedades anónimas:

5.12.10.00 Terrenos
5.12.20.00 Construcciones y obras de infraestructura
5.12.30.00 Maquinarias y Equipos
5.12.40.00 Otros activos fijos
5.12.50.00 Depreciación (menos)

CONCEPTO DE ACTIVO FIJO

En un sentido amplio, el activo fijo comprende los siguientes rubros:
  • Tangible,
  • Intangible e
  • Inversiones Permanentes


Como ocurre frecuentemente en contabilidad, debido a que los términos técnicos no son usados siempre en su verdadera acepción, muchas veces el concepto de activo fijo se identifica exclusivamente con el primer grupo mencionado, es decir, se utiliza como sinónimo del activo fijo material, físico o tangible. Esta es una acepción restringida de dicha expresión y su impropiedad queda de manifiesto cuando se adopta un criterio financiero para la clasificación de las partidas del balance. Efectivamente, en este caso el concepto de activo fijo se usa como opuesto al concepto de activo circulante, y no cabe la menor duda que el primero está integrado por los tres rubros antes señalados, puesto que ninguno de ellos podría incluirse entre los recursos a corto plazo.

Un rasgo distintivo de las partidas que deben calificarse como activo fijo, es que se trata de recursos económicos no negociables, desde el momento que su adquisición ha tenido por objeto su uso, conservación o explotación, aun cuando eventualmente pueden ocurrir ventas de tales bienes.

El activo fijo tangible está constituido por los bienes físicos o materiales, amortizables o no, que se han adquirido para dedicarlos a la explotación de la empresa. De ahí que también se les denomine "bienes de uso". Entre ellos, se encuentran los terrenos, las construcciones dedicadas al giro de la empresa, la maquinaria, los vehículos, el mobiliario, las instalaciones, etc.

El activo fijo intangible está integrado por los recursos inmateriales que han sido adquiridos o creados para coadyuvar a la explotación económica principal, y que forman parte del valor potencial de una empresa en marcha. A manera de ejemplo, se pueden mencionar los siguientes:  costos de organización y puesta en marcha, derecho de llave, marcas de fábrica, concesiones, etc.

Las inversiones permanentes corresponden a las aplicaciones de capital que una empresa hace en actividades ajenas a su explotación y con el ánimo de mantenerlas durante un tiempo indefinido. Es el caso de los valores mobiliarios que se mantienen en cartera, de los depósitos a largo plazo, de los aportes a sociedades de personas, etc.

Resumiendo, se puede señalar que los bienes del activo fijo se caracterizan por lo siguiente:
  1. En principio, no son negociables
  2. Su duración es relativamente extensa, con relación a un ejercicio comercial.